Muchos consideran a la ‘comedora de monos’ como el miembro más grande de la familia aguileña (aunque posiblemente pese más el águila arpía de América).
(Si un miembro de la Iglesia que era más débil en la fe veía a otro miembro comer en un comedor conectado a un templo local pagano, el miembro de fe más débil también podría creer que no había nada de malo con la adoración de ídolos).
También tenemos una sala, cuarto de servicio, baño, y en la sección fronteriza cocina y comedor en nuestra casa de 3,66 metros de ancho por 21,34 metros.
Esto exclamó el hermano Russell cuando entró en el comedor de la central de la Sociedad Watch Tower en Brooklyn, el viernes 2 de octubre de 1914 por la mañana.
(Hechos 10:34, 35.) Los comentarios espirituales que teníamos en el comedor de Betel todas las mañanas fortalecían nuestra determinación de aceptar la opinión de Dios sobre estas cuestiones. (Salmo 19:7.)
Considere, por ejemplo, la firme advertencia que se da contra el abuso de esta dádiva: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, entre los que son comedores glotones de carne”.
Subían y hormigueaban por todas partes, vendiendo refrigerios a los pasajeros o congregándose en el comedor para beber cerveza y adquirir conservas alimenticias.
La mañana del 2 de octubre, el hermano Russell entró en el comedor de Betel y anunció a la familia: “Los tiempos de los gentiles han terminado; el día de sus reyes ha pasado”.
Para los comienzos del siglo XX había una saludable mezcla de comedores de origen extranjero y se convirtió en un lugar de moda para los intelectuales, escritores y artistas.
Entonces, además de seguir con las consideraciones bíblicas, los precursores presentan en el comedor un programa con diapositivas preparado por la Sociedad titulado “La Biblia... un libro para esta generación”.