Casi se echó a reír con alegría, porque ahora tenía un hambre mucho mayor que en la mañana, e inmediatamente bajó la cabeza casi hasta los ojos y más abajo en la leche.
“Si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza” (Ro 12:20).
Jesús predijo que durante su “presencia” como Rey celestial se producirían sucesos espectaculares, tales como guerras, hambres, terremotos y epidemias (Mateo 24:3-8; Lucas 21:11).
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Señaló que “la conclusión del sistema de cosas” estaría marcada por guerras internacionales, hambres, epidemias y grandes terremotos (Mateo 24:3, 7; Lucas 21:10, 11; Revelación 6:3-8).